julio 27, 2024

= Se suman así a los festejos del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia

= Tomaron parte en esta actividad 14 investigadoras que forman parte de las divisiones de estudio del IPICYT

= “Uno puede ver el cambio en sus ojos y en la atención, y eso es algo importante porque al final, aunque sea solamente uno de ellas o ellos se interese por la curiosidad de la ciencia, puede a lo mejor, decidir en un futuro dedicarse a la ciencia”: Dra. Ana María Estrada

San Luis Potosí, S.L.P.- En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, catorce investigadoras del Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica (IPICYT) participaron en la actividad de divulgación de la ciencia llamada Huachi-Científicas, organizada por el Museo Laberinto de las Ciencias y las Artes. Las investigadoras, ubicadas en alguno de los múltiples espacios con los que cuenta la sede del evento, platicaron con grupos de estudiantes de primaria y secundaria que fueron invitados a participar de la actividad, pero además con visitantes que realizaban su recorrido por el museo.

Como parte de la plática las científicas dieron a conocer no solamente detalles de su trabajo en los laboratorios, sino que, además sobre la manera en la que se acercaron al quehacer científico, de cómo eran de niñas, de sus gustos en la música o si ven televisión, o si les gusta reunirse con amigos e ir a las fiestas.

En entrevista la doctora Ana María Estrada, investigadora de la División de Biología Molecular (DBM), dio a conocer detalles de su participación en esta actividad: “fuimos varias investigadoras de la división y tuvimos la oportunidad de platicar con jóvenes, niñas, niños y también adolescentes sobre lo que hacemos; había una serie de preguntas ya elaboradas y se logró una dinámica interesante que capturó la atención de los visitantes. Empezamos a adentrarlos en la historia de lo que hace una científica, qué es lo que hacemos en el laboratorio. A lo largo de la charla, uno nota el cambio en sus ojos y en la atención que ponen, y eso es algo importante porque al final, alguno de ellas o ellos puede decidir dedicarse a alguna área científica”.

La también responsable del Laboratorio de Neurobiología, añade que los aportes de estas actividades de difusión pueden incentivar la curiosidad: “en mi actividad tenía un modelo del cerebro, en este modelo les podía explicar las estructuras, regiones, funciones, y lo qué pasa cuando hay neurodegeneración. Me di cuenta que había alumnas interesadas en conocer más y había personas que conocían un poquito más sobre la estructura del cerebro, unos más que otros. Entonces eso fue también una dinámica interesante”.

La Dra. Estrada indicó que fue una experiencia de gran relevancia, ya que es importante que se conozca la incursión de la mujer en la ciencia, porque estamos cerca de celebrar este día y la idea es traer científicas para que tengan interacción con niñas. “Una de las experiencias que yo tuve, al conversar con dos grupos, en uno había solamente mujeres y otro fue de hombres. Y sí, los hombres eran los más dispersos, inclusive algunos de ellos se fueron a ver otras cosas del museo, pero las niñas, todas ellas se quedaron a escuchar la historia. Entonces puedo decir que por lo menos a esta edad tienen curiosidades diferentes. Pero sí, yo noté esa diferencia de que tanto interés puede tener un niño o una niña respecto al papel de la mujer en la ciencia; fue un contraste interesante.”.

Respecto de la dinámica de platicar no solo de lo que se hace en el laboratorio fue calificada como interesante por parte de la Dra. Estrada, al explicar que a lo mejor “podemos poner en un misticismo a una mujer científica, pero realmente pueden darse cuenta de que somos una persona como cualquier otra”.

Para terminar la Dra. Ana María Estrada habló de otra experiencia que tuvo respecto del impacto de la ciencia en la vida diaria, y que, por lo tanto, la ciencia también es parte de nosotros y del día a día. “Les pregunté a un grupo de niños que si les gustaba la ciencia y me dijeron que no. Después les pregunté si les gusta usar el teléfono celular, la computadora, jugar videojuegos, y su respuesta fue sí. Les expliqué que toda esa tecnología se logró gracias a la ciencia y entonces traté de explicarles que la ciencia no es algo aburrido. Eso, solo hablando de tecnología; hablando de salud, por ejemplo, les conté que yo estudio el cerebro para encontrar respuestas y soluciones a problemas a los que algunos nos podríamos enfrentar en algún momento, si llegamos a desarrollar un padecimiento neurodegenerativo. Fue muy grato ver que, por ese memento, identificaron la relevancia de la ciencia en nuestra vida diaria”.